Vive al máximo. Siempre con una sonrisa. No decaigas. Sueña a lo grande. Pide al universo y el universo te recompensará ...
¡Y UNA LECHE!
Esto de la psicología positiva se nos está yendo de las manos. El otro día leía sobre un psicólogo "de verdad", detractor al máximo de esta corriente y la verdad es que casi me convence. Y digo casi porque claro, basaba toda su "tesis" en condenar el término "Psicología positiva", venía a decir algo así como que es lo mismo que decir "El frío hielo" o la "blanca nieve" ... ¡Claro! ¡Faltaría más!. El señor empeñado en explicar que ese pensamiento positivo es un engaño a corto plazo, que la psicología es mucho más que levantar la cabeza y mirar al cielo para buscar respuestas ... Hasta ahí me iba convenciendo, ¡fíjate! (Y eso que yo soy consumidora máxima de todo lo escrito, grabado y difundido de esta maldita corriente).
El problema llegó cuando profundicé en su explicación, interesada por su metodología y encontré que basaba todo sus esfuerzos en criticar a otros... La verdad que con mucha gracia, eso es cierto pero no encontré ni una sola cosa a la que agarrarme para aprender de su fuente de sabiduría. Solo crítica y más crítica. Bueno, lo cierto es que al final se vendía como conferenciante (no sé de qué) y como psicólogo con humor (que imagino que será porque se ha unido a la corriente de vender humo, como los coaches que afloran como las setas).
Y todo esto ¿para qué, Noelia? Pues muy fácil. Te lo voy a resumir en un ejemplo muy sencillo....
Cuando quieres ponerte en forma tienes claro lo que tienes que hacer... ¡eso está claro!:
- Comer bien
- Hacer deporte
- dormir bien
- beber mucha agua
Ok. Pues el problema con la psicología positiva es el mismo que le ocurre a la gente que se hace promesas de bajar de peso a principio de año.
- Se compran un libro de dietas pero no se lo leen. Y si se lo leen no lo ponen en práctica.
- Se apuntan a un gimnasio y no van.
- Como no están cansados se quedan buscando otras formas de adelgazar por la noche en google y se acuestan a las mil.
Ahí está la madre del cordero de la psicología positiva y se llama: PASAR A LA ACCIÓN.
Por muchos libros que te leas de los mejores gurús, por mucha autoayuda (odio ese concepto), por mucho video que te veas en youtube no vas a conseguir cambiar nada en tu vida si no pones un plan de acción. Y ahí es dónde la mayoría... PINCHA. ¡Hasta los coaches pinchan!
- Muchos "coaches" quieren vender, ¡¿qué hay de malo en eso?! hasta ahí ok. Los hay buenos y malos (más malos que buenos). El problema radica en que hay muchos que buscan su hueco en el mundo online sin haber antes creado su propio mundo y te venden cosas que ni siquiera ellos tienen. Tienes el modelo de coach que te vende terapia de pareja y en realidad tiene una relación desastrosa con la suya. Tienes el modelo de madre excepcional que tiene a sus hijos adolescente en fotos de instagram poco "elegantes". El perfil del que te quiere vender éxito en las finanzas que tiene un cochazo y un casoplón y que luego no es tal cochazo ni tal casoplón. O el que te promete una vida de ensueño y solo con verle quieres pagarle un gimnasio (mens sana in corpore sano).
Con todo esto quiero decirte que elijas muy bien tu canal, que elijas muy bien tus fuentes. Que la psicología positiva funciona pero solo si tú la haces funcionar. Que no se trata de tener emociones con BOTOX y tener una sonrisa eterna. NOOOOOOOO. Se trata de tener una actitud que te empuje a "hacer" a "desarrollar" a "crear" y amiga mía, con una actitud derrotista no vas a hacer NADA. No se trata de vivir la vida happy, ni de ver siempre el vaso medio lleno... ¡por favooor!. Se trata de que saques el mayor partido a las cosas que te ocurren. Que implementes el aprendizaje como principal valor a las desgracias que puedan ocurrirte. Que tu mejor vestido es siempre una buena actitud. Y que vayas poco a poco, pero que vayas.
El día que yo empecé a implementarlo empecé a notar un cambio. Pequeño, pero me sacó una sonrisa. Iba en el coche de camino a mi escuela de baile y uno señor se me echó encima en una rotonda, no me dio pero casi y además de no pedirme disculpas se pone como un energúmeno. Me dije, ¡ahora! e inmediatamente pensé ¿qué día habrá tenido este señor para ponerse así? entonces le sonreí e incluso le pedí perdón con un gesto ( la culpa era suya) y mágicamente el hombre me sonrió y yo me quedé tan pancha.
Esto te podría parecer una chorrada pero, ¿cuantas veces te enfadas por cosas que no aportan nada a tu día?. Pues para mi esta "chorrada" fue el inicio. Luego lo he podido practicar mucho más porque por mi profesión tengo la posibilidad de hacer prácticas (lease la ironía) casi todos los días. Y esto llevado en el tiempo se termina por convertir en un "agradecer" que no puedes tener más hijos porque el crecimiento que he experimentado en el proceso (doloroso muchas veces) ha sido tan gratificante que me ha convertido en la mujer que hoy soy. No soy perfecta pero me siento la mujer más feliz del planeta. Y si quieres que te diga que es fácil, lo siento pero no. Como todo proceso requiere esfuerzo y práctica (y dolor).
Yo en mi caso, tengo la suerte de tener a mi lado a mi GURÚ. Él ha recorrido el mundo aprendiendo de los mejores y yo espero ansiosa su regreso de cada seminario para estudiar todo con él. Años y años de estudio, de práctica, de ensayo error que hoy nos han llevado a tener la vida que queremos. A crear nuestra propia filosofía de vida. Nuestro KORU.
El caso es que si quieres mejorar tu vida, ser feliz, vivir tus sueños, exprimir el limón... ¡es posible! ¡Claro que sí!. Depende al 100% de ti. Puedes ponerte mil excusas. Culpar al covid, a Trump, a Sánchez, a Iglesias a la OMS, a tu suegra, ¡a tu suerte!. Pero la culpa no te lleva a ningún lugar. Es lo más fácil pero lo menos efectivo y lo más dañino.
Culpa=Caca
Te ofrezco de entrada estas dos opciones: (cualquiera de las dos pueden funcionar dependiendo del conflicto) Te pongo mi ejemplo...
- Cambiar tu pensamiento: Cambia el enfoque, saca el lado bueno, mira el problema desde otra perspectiva.
Por ejemplo, ahora el Covid se ha llevado por delante mi escuela de baile, mi show, todas mis fuentes de ingreso. Yo decidí no quejarme un solo día y he tratado de sacarle el lado bueno. Hoy estoy aquí, con un negocio online que me está dando muchas alegrías. En este caso el cambio de pensamiento me ha llevado a emprender de nuevo.
En el caso de la maternidad, lo intenté, lo juro. Traté de cambiar mi pensamiento. De aceptar que no podía tener más hijos. Traté de pensar que mi maternidad había sido un regalo. Mi mente me boicoteaba a diario. Me lanzaba pensamientos perturbadores del tipo "Quizá no puedo ser madre porque no me lo merezco" (culpa) o "¿cómo me pasa esto a mi que amo a mi marido y tengo mucho amor? (culpa) ¿cómo puede ser que nuestro amor pueda matarme?" (¡flipas el drama!) o mucho peores como "No valgo para ser madre" (culpa=caca)... ¡Imagínate la autoestima dónde se te va! Yo todo el día rodeada de niños y niñas y no pudiendo tener más hijos... ¡Desastroso! y ya para colofón el mensaje final... ¡Soy una egoísta! ¡Ya tengo una hija maravillosa! ¡no valoras tenerla!... ¡Buah!... Dosis de "autodestrózate viva activada!...
En este caso, cambiar mi pensamiento no funcionó. Necesitaba pasar a la acción y aquí te propongo la otra opción.
- Cambia tus circunstancias: Lánzate al cambio. Hay veces que simplemente tus circunstancias son un freno. Cambiarlas a veces supone dolor al principio pero si te decides obtendrás la recompensa y lo consigas o no, tendrás la maravillosa sensación de haberte implicado.
Pues bien, Una vez eliminada la culpa "No vales para ser madre", una vez cambiado tu pensamiento, "enfócate en lo que tienes", el grito de volver a ser madre era cada vez más fuerte dentro de mi y decidí lanzarme a la acción. Y ahí fue cuando todo empezó.
Tuve que superar el miedo más grande que puede tener un ser humano. El miedo a la muerte. Instalé en mi cabeza el pensamiento de "si funciona y llego al final es porque tiene que ser así", Si no lo hace, es porque mi karma me está salvando la vida.... Y me quedé embarazada a la primera engañando a mi marido. Esto suena muy fuerte pero es la verdad. Le engañé porque él ya había descartado la idea de otro embarazo porque juntos hemos visitado varios especialistas que nos han recomendado quedarnos quietecitos después de lo que pasó. Vamos que le hice la trece catorce y como él no cuenta mis ciclos preparé todo y a la vuelta de cuatro semanas cuando él estaba en Miami en un seminario de desarrollo emocional le di la noticia por videollamada... ¡Estamos embarazados! . Tengo que decir que mi problema no es quedarme embarazada, soy súper fértil. Mi problema radica en la última fase del embarazo. Así es que su cara fue un poema.
Me ilusioné y mucho. Durante tres meses fui feliz. Solo lo sabían mis amigos íntimos, mi equipo, mi familia. Me fui de vacaciones autorizada por mi doctora y ese año tocaba crucero por el Mediterráneo y terminar en Vulcano, una isla preciosa pero aislada.
Lo perdí. En la isla. Mi hija estaba conmigo en ese momento. Nos fuimos los tres al hospital (era para verlo, se podría rodar "The walking dead"). me hacen la eco y no hay latido. Pienso en mi hija afuera jugando con una enfermera. ¿Cómo se lo digo?. Según salimos de la consulta (en italiano cerrao´ de Sicilia) pregunta de mi hija ¿se va a poner bien mi hermanito?. DIOS! Se me cae el alma a los pies. A la mañana siguiente legrado.
Los siguientes días de vacaciones intenté que mi hija no me viera triste y no lo conseguí. Nunca he estado tan dolida. Poder acceder a mi tristeza en medio de una belleza tan brutal como era ese sitio me aterraba. Desde entonces no veo el mar de la misma manera. Tengo grabada la isla de Estrómboli frente a mi con mi corazón encogido. Hablé con mi marido y decidimos que tenía que pasar mi duelo. Me encerré en la habitación dos días de absoluto llanto incontrolado. Y ese dolor me hizo llegar a una conclusión. Rompí todos mis prejuicios con respecto a la subrogación y ese día decidí que sería madre de una forma respetuosa (esto lo contaré en otro post).
Poco después hice una visita a los niños hospitalizados del Hospital Gregorio Marañón y una Ginecóloga de allí volvió a recomendarme en "petit comité" y ya a modo de consejo de cariño con un café de por medio, no intentar tener más hijos. Yo ya había tomado una decisión.
Cambié mis circunstancias. Pasé a la acción. Y fue doloroso. Muy doloroso. Hoy veo a mis hijos y siento que durante años han estado llamándome. Tengo esa sensación de que me pedían estar en este mundo. Tan llenos de vida, tan alegres siempre. Soy feliz. Inmensamente feliz.
¿Crees que si me quedo en la pena habría llegado hasta aquí? Necesité impulsarme. Necesité estar positiva. Salir de ese estado de auto-pena. Y lo hice siempre con una sonrisa. Todo el que me conoce lo sabe. La psicología positiva me ha ayudado. Y lo sigue haciendo a diario.
Todo el proceso de la subrogación merece otro post, o dos o tres... Pero ten por seguro que si puedo ayudarte, lo haré. Yo habría agradecido esta ayuda.
Si no ... siempre tienes la culpa que parece que no pero alivia (a priori porque luego es una mochila muy pesada)
Hasta aquí esta "crítica" a la psicología, pero a la que te te boicotea. A tu propia psicología.
Cuando se puede elegir es obligado acertar y si eliges seguir una corriente o una persona que te muestre una corriente, fíjate primero si esa persona es congruente con su filosofía. Si lo que habla, vende o cuenta es lo que vive, experimenta y no aparenta. La vida es muy corta como para perder el tiempo. Pasa a la acción sin miedo a equivocarte, que lo harás. Da pasos pequeños, pero avanza. Implementa lo que vayas aprendiendo porque por muy nutrida que esté tu biblioteca, si no abres esos libros de nada te va a servir.
¡Que tengas un feliz día!
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